El deber y el deseo lésbico en ‘Carol’ de Patricia Highsmith: un camino hacia la liberación

Reseña de Carol, de Patricia Highsmith

 


Por María Cano

 

- Introducción.

 

Nueva York, década de los cincuenta, días previos a la celebración de la Navidad. En los grandes almacenes de Frankenberg se encuentra Therese, una joven escenógrafa que trabaja como vendedora en la sección de juguetes, que conoce a Carol Aird, una mujer enigmática de notable elegancia que visita la tienda con el propósito de comprar una muñeca para su hija. Este primer encuentro marca el comienzo de una narración cuidadosamente construida sobre el desarrollo de su amor en el que su deseo se ve obstaculizado por la presencia de los hombres que las rodean, añadiendo una capa de complejidad a su furtivo romance.

 

Desafiando las convenciones de la época y abogando por la libertad que las protagonistas tanto anhelan, Patricia Highsmith sumerge al lector en una historia absorbente que explora las dificultades del amor, la identidad y la sociedad estadounidense de los años cincuenta. Así, mientras se enfrenta a una nación que tiende a trivializar el amor como mera emoción, la autora nos muestra lo que para ellas es en realidad una fuerza revolucionaria.

 

Nunca nos hemos peleado, nunca hemos llegado a descubrir que no había nada más, ningún otro deseo ni en el ciclo ni en el infierno que el de estar juntas. No sé si nunca te llegaré a importar tanto. Pero esto forma parte de lo nuestro y lo que hemos conocido es sólo el principio. Dices que me quieres como soy  y que te gusta cuando digo palabrotas. Yo te digo que siempre te querré, que te quiero como eres y como serás.

 

1.- El libro.


 

¿Cómo era posible estar enamorada y tener miedo?, pensó Therese. Eran cosas contradictorias. ¿Cómo era posible tener miedo cuando las dos se hacían más fuertes juntas cada día?

 

Las respectivas figuras de Carol y Therese en la novela no solo ejercen como representaciones del concepto de lesbianismo en la Nueva York de los años cincuenta, sino que también simbolizan una serie de estereotipos y manifiestos, tanto de manera explícita como implícita, ofreciendo una visión mucho más amplia del papel que las mujeres desempeñaban en la sociedad a lo largo de la historia.

 

Y es que en esta obra se evidencian diversos ejemplos de cómo las mujeres son constantemente bombardeadas con mensajes que promueven la "normalidad heterosexual", lo que a su vez conduce a la estigmatización y la demonización de la figura de la mujer lesbiana. Este mito que rodea a las lesbianas contrasta radicalmente con el ideal de las mujeres heterosexuales, que ha sido ampliamente aceptado a través del tiempo, ideas con las cuales estos personajes, mediante su estereotipación o su salida de dicho marco estandarizado, luchan de manera continua con el objetivo de alcanzar una esencia propia que no se base en su orientación sexual y donde la disparidad entre un tipo de relación y otro no sea interpretada a través de esos mismos prejuicios.

 

Por lo tanto, haciendo uso de una prosa que se caracteriza por su precisión, claridad y elegancia en la expresión de sus ideas respecto a estas mujeres y la sociedad que las rodea, la importancia de Patricia Highsmith en lo que a su obra Carol (1952) se refiere radica principalmente en dar visibilidad a las experiencias lésbicas en un ámbito tan influyente como lo es el suyo: el literario. Highsmith otorga una relevante representación a la existencia lésbica a lo largo de su obra, subrayando la idea de que las mujeres deberían tener la capacidad de explorar su propia identidad y actuar en consecuencia según sus propias elecciones.

 

2.- La autora.


 

Patricia Highsmith (1921-1995), reconocida autora de obras literarias como Extraños en un tren (1950), El talento de Mr. Ripley (1955) y Las dos caras de enero (1961), destacó por su devoción hacia la lectura y su predilección por tramas originales, irónicas y perturbadoras. Profundamente interesada en temáticas relacionadas con la culpa y el crimen, Highsmith emergió tanto en vida como en el periodo posterior a su fallecimiento como un ícono del feminismo, alcanzando una innegable inmortalidad a través de su literatura.

 

Se tiene constancia de que los padres de Highsmith se divorciaron cinco meses antes de su nacimiento en Fort Worth, Texas, por lo que durante sus primeros años fue criada por su abuela. Posteriormente fue convocada para reunirse con su madre en Nueva York, de quien se dice que intentó abortar en numerosas ocasiones, llegando a consumir aguarrás (1).

 

En 1942 Patricia Highsmith completó sus estudios en el Barnard College, una institución universitaria privada de Nueva York dedicada a las artes femeninas, donde se especializó en literatura inglesa, latín y griego. Tras obtener su título universitario y en busca de convertirse en escritora de cómics, trabajó inicialmente en la editorial Ned Pines para luego desempeñarse como autora independiente. Sin embargo, fue durante su empleo en la editorial Fawcett en 1943 donde tomó conciencia de su orientación homosexual.

 

Tras encontrarse en dificultades económicas después de la publicación de su primera novela, la ya mencionada Extraños en un tren (1950), Highsmith optó por trabajar temporalmente en la sección de juguetes de unos grandes almacenes. Fue ahí donde tuvo un encuentro fortuito con una mujer rubia y elegante que le proporcionó su nombre y dirección para la entrega de la muñeca que compró.

 

Fue precisamente esta experiencia la que inspiró a Highsmith a escribir el argumento de su novela Carol, la cual más tarde sería reconocida como ''la primera novela de temática homosexual cuyo final no es trágico''. Sin embargo, debido al rechazo de la obra por parte de sus editores por su temática lésbica, Highsmith optó por modificarla bajo el título de El precio de la sal, utilizando el seudónimo de Claire Morgan. Años más tarde, cuando logró reeditar la obra, la retituló con su original Carol y con su propio nombre, añadiendo un prólogo en el que explicaba las razones del cambio de título y su reaparición en el contexto de esta novela, donde añadió lo siguiente:

 

''Mucha gente debió de identificarse con Carol o Therese. Así, un libro que al principio fue rechazado, llegó arriba del todo. Me alegra pensar que les dio a varios miles de personas solitarias y asustadas algo en que apoyarse''.

 

Orgullosa por su contribución activa a diferentes comunidades, y enfrentando acusaciones de comunismo y anti-americanismo en su tierra natal, Patricia Highsmith decidió trasladarse a Europa en 1963. Sin embargo, sus obras no fueron ampliamente aceptadas debido a su aparente exclusión sentimental y frivolidad, falleciendo años más tarde en Suiza.  

 

3.- Temas principales de la novela.

 

3.1.- En busca de la autenticidad: la identidad en Carol.

 

Pero aquello no era nada, nada comparado con lo que sentía por Carol. ¿Era amor o no era amor lo que sentía por Carol? Y qué absurdo era que ella misma no lo supiese. Había oído hablar de chicas que se enamoraban las unas de las otras y sabía qué tipo de gente eran y el aspecto que tenían. Ni Carol ni ella eran así. Pero sus sentimientos hacia Carol coincidían con todas las descripciones-. ¿Tú crees que a mí me podría pasar?-preguntó Therese simplemente, sin pensar si se atrevía a preguntarlo.

 

- ¿Qué? -Richard sonrió-. ¿Enamorarte de una chica? ¡Claro que no! ¡Por Dios! No te habrá pasado, ¿verdad?

 

En lo que respecta a la literatura de Highsmith, y más concretamente a su obra Carol, uno de los elementos que más destaca es la búsqueda de la identidad a raíz de las experiencias que los personajes principales tienen que enfrentar.

 

La escasa presencia de una representación lésbica diversa y diferente a los estereotipos previos con los que la sociedad —en este caso, la de los años cincuenta— contaba, implicaba que las mujeres se vieran alentadas a cuestionar la naturaleza de sus cuerpos, aflorando debates como "si me gustan las mujeres, ¿debería haber nacido hombre?" o "¿no es ésta una actitud demasiado extraña?", sin considerar las múltiples opciones de experimentar su género de forma autónoma dentro del contexto de su identidad lésbica, con la cual se sentían plenamente cómodas. Son curiosas las palabras de Rosi Braidotti en su obra Sujetos nómades: corporarización y diferencia sexual en la teoría feminista contemporánea (1994) (2), donde alega que la identidad de los individuos no es estática, sino que está en constante cambio debido a la inherente fluidez de la misma.

 

Y es que, si se consideran las diferentes vivencias de las protagonistas Therese y Carol, ambas consideran sus experiencias con mujeres como sucesos reveladores que implican una profunda introspección, acompañados de una considerable ansiedad por desvincularse de lo que el discurso feminista crítico ha denominado comúnmente como "matriz heterosexual". Esta idea hace referencia a la concepción patriarcal de un modelo relacional socialmente aceptado en el cual se promueve la heterosexualidad como norma predominante, limitando así la libertad de elección de los individuos. Este fenómeno lleva a Highsmith —a través de personajes tanto queer como heteronormativos— a criticar y cuestionar la noción tradicional de heterosexualidad y homosexualidad, abordando al mismo tiempo las percepciones arraigadas sobre la imposición de roles de género y las diversas actitudes asociadas a ellos.

 

Por esta misma razón, en el caso de Therese, un personaje que inicialmente exhibe una inocencia y cautela notables en su conformidad con estas mismas convenciones sociales, resulta significativo el cambio que vive cuando conoce a Carol, una mujer más madura y experimentada en lo que a relaciones con mujeres se refiere. Este acercamiento lleva a Therese a cuestionar que otras identidades sexuales puedan ser igualmente válidas y aceptables, encontrando cierto desacuerdo en la idea de definirse bajo una etiqueta exclusiva simplemente por el hecho de ser mujer.

 

3.2.- La esencia de la libertad: el dilema de los personajes en Carol.

 

Ayer se dijo, o se dejó entender, que el camino que he escogido me llevaría a hundirme  en las profundidades del vicio y la degeneración humanas. Sí, me he hundido bastante desde que me apartaron de ti. Es verdad, si tuviera que seguir así y me siguieran espiando, atacando, y nunca pudiera poseer a una persona el tiempo suficiente para llegar a conocerla, eso sí sería degeneración. O vivir contra mi propia naturaleza, eso es degeneración por definición.

 

En el corazón de esta novela late un dilema tan antiguo como el tiempo mismo: el conflicto entre el deber y la libertad. Este tema está muy presente a lo largo de la obra debido al desafío al que Carol se enfrenta desde el principio de la misma: la custodia de su hija. La trama revela cómo Carol debe luchar contra un exmarido potencialmente celoso y que aún alberga esperanzas de reconciliación, actitud que hace que en diversas ocasiones sobrepase los límites en cuanto a la intimidad de Carol. Esta situación hace que las normas sociales y las expectativas impuestas por sus respectivos ambientes colisionen directamente con los deseos íntimos entre Carol y Therese, influyendo enormemente en las decisiones y destinos de ambos personajes, moldeando sus acciones y trayectorias a lo largo de la narración de manera significativa.

 

A través de esta dicotomía entre deber y libertad, Highsmith sumerge al lector en un viaje emocional y psicológico que invita a reflexionar sobre los sacrificios y las recompensas que supone perseguir la autenticidad en un mundo que impone unas normas y restricciones tan divergentes y tan hostiles con una misma.

 

Diversas corrientes del pensamiento feminista han tratado este dilema con profundidad. Un ejemplo destacado es la teoría recogida en Heterosexualidad obligatoria y existencia lésbica (1982) (3), propuesta por Adrienne Rich, figura prominente en lo que al ámbito lésbico se refiere. Rich analiza el hecho de que la mayoría de las mujeres no prefieren la heterosexualidad de manera natural, sino que esta "preferencia" ha sido impuesta por el patriarcado a través de constructos supuestamente biológicos. Según su perspectiva, las mujeres están expuestas a una constante inundación de mensajes que promueven la heterosexualidad como norma.

 

No sorprende por lo tanto que el personaje de Carol se vea expuesto a diversas figuras masculinas que intentan coaccionarla para que abandone lo que consideran "degeneración" y actos pecaminosos si desea mantener algo tan significativo como el propio contacto con su hija. Este dilema se desarrolla a lo largo de la obra, pues son numerosos los personajes que muestran su desaprobación hacia las relaciones entre personas del mismo sexo-género, contando con una cantidad bastante menor de personajes que aprueban —o simplemente sienten indiferencia— hacia este tipo de relaciones.

 

Este dilema conlleva que no solo las protagonistas se vean enfrentadas a cuestionar el valor de vivir en contra de su 'propia naturaleza', tal como Carol expresa, sino además las drásticas consecuencias que tendrán que afrontar en sus vidas. El personaje de Therese se encuentra inmerso en un debate sobre qué decisión tomar: dejar ir al amor de su vida o luchar por él, a pesar de los constructos sociales que ejercen una presión significativa sobre ella.

 

- Conclusión.

 

La novela Carol de Patricia Highsmith destaca como una obra que trasciende las convenciones literarias de su época al abordar temáticas como el amor entre personas del mismo género, y más concretamente, entre mujeres. Esta exploración es especialmente relevante considerando la notable invisibilización de las mismas en diversos aspectos de la vida cotidiana y la sociedad en su conjunto. Desde el ámbito familiar hasta las esferas laborales y las leyes que rigen la civilización, las mujeres han enfrentado una marginalización que se refleja incluso en la rápida modificación de la legalidad vigente ante acusaciones de homosexualidad o relaciones consideradas socialmente 'no normativas', como aborda la novela.

 

A través de la trama que envuelve a Carol y a Therese, Highsmith ofrece una  profunda exploración de las complejidades inherentes a las relaciones humanas y a la búsqueda de autenticidad en un mundo que con frecuencia desprecia la diversidad. Estas protagonistas, junto a personajes secundarios, actúan como vehículos para examinar los desafíos y las tensiones que enfrentan las personas que cuestionan las reglas establecidas en cuanto a identidad y orientación sexual. En efecto, la novela de Highsmith revela con sensibilidad los obstáculos y las luchas que acompañan esta búsqueda identitaria, destacando la valentía necesaria para desafiar las expectativas y los prejuicios.

 

Esta obra trasciende la mera narración de un romance prohibido y constituye un profundo estudio sobre la condición humana, desafiando las normas sociales establecidas y explorando la lucha universal por la libertad y la autenticidad individual y colectiva, mediante una representación vívida y conmovedora de las experiencias humanas.

 

Y es que esta obra no solo se distingue por su estilo conmovedor, sino también por la habilidad de Highsmith para proporcionar voz y apoyo a aquellos que enfrentan temores en su búsqueda identitaria. Este mensaje perdura a través del tiempo, recordando que lo fundamental radica en la esencia individual y en la forma en que elige reconciliarse con ella de manera auténtica y realista.

 

Carol se alza como un faro de orientación para quienes se aventuran en el viaje hacia el autodescubrimiento, subrayando la importancia de abrazar la propia identidad con valentía y determinación. Es por esto mismo por lo que Highsmith ha cumplido con creces lo que en primera instancia perseguía esta obra: inspirar y respaldar a aquellos corazones que necesitan una mano amiga.  

 

- Notas y bibliografía.

 

(1) "The Talented MS Highsmith", The Guardian, Guardian News and Media, 28 Jan. 2000, https://www.theguardian.com/film/2000/jan/28/crimebooks

 

(2) BRAIDOTTI, R., ALCIRA NÉLIDA BIXIO (2000). Sujetos nómades: corporarización y diferencia sexual en la teoría feminista contemporánea. Barcelona: Paidós.

 

(3) Rich, Adrienne. Compulsory Heterosexuality and Lesbian Existence. Antelope Publications, 1982.

 

HIGHSMITH, C. (1991). Carol. Barcelona: Anagrama.

'Piedras a los varones' de Taimi Dieguez Mallo

El club de lectura feminista y LGTBINBAQ+ "Lees Otras Cosas"

organiza un encuentro para comentar el libro

'Piedras a los varones'
de Taimi Dieguez Mallo

 

Será el sábado, 27 de abril, a las 18:00h

en el bar La Goma (Gracia 40)

 

Inscripción obligatoria hasta el lunes, 22 de abril, en

leesotrascosas@gmail.com

 

 IMPORTANTE:

#CuídateYCuídanos


 

Evento en Facebook:

 

https://www.facebook.com/events/1333763927305734

 

- EL LIBRO -

 

Premio Hermanos Loynaz 2019. "Sueño con niñas atropelladas por camiones de carga, aplastadas por las gomas que saben hendir el asfalto. También sueño con niñas comunes, interesadas en la televisión y en el juego de los colores. Ellas son mis hermanas menores". Cuaderno de cuentos en los que sus protagonistas son niñas, adolescentes y jóvenes, como envueltas por una neblina de sexo, violencia, muerte, soledad y desamor, que buscan desesperadamente explicarse el mundo y afianzarse a la vida, aunque sea en ese último instante, en que sus mayores temores parecen devorarlas. Edición de Editorial Primigenios.

 

+info sobre el libro:
https://leesotrascosas.com/products/piedras-a-los-varones

 

- LA AUTORA -

 

Taimi Dieguez Mallo (Jaruco, 1990 - ) es dramaturga, poeta, narradora y creadora teatral cubana. Licenciada en Arte Teatral, especialidad Dramaturgia, por la Universidad de las Artes, ISA, en 2018. Ganadora del Programa Internacional de Escritores en Residencia, en Granada, 2022, que convoca la UNESCO, a través de su Red de Ciudades creativas. Otras obras de la autora: 'Manzanas sobre la nieve. Drama semiepistolar', 'Demonio sobre césped cortado', 'Con la ropa de mi madre. Obra para ser dicha por el perro hembra'.

 

- EL CLUB DE LECTURA -

 

El club de lectura feminista y LGTBINBAQ+ "Lees Otras Cosas" es independiente de cualquier organización y funciona de forma abierta y colaborativa, sin jerarquías. Celebra reuniones mensuales donde se comentan títulos de temática feminista y LGTBINBAQ+ que han sido propuestos y elegidos entre todas.

 

Página en Facebook del club de lectura:

 

https://www.facebook.com/LeesOtrasCosas

Homosexualidad y heroicidad masculina humanizada en 'La canción de Aquiles' de Madeline Miller

Reseña de La canción de Aquiles, de Madeline Miller

 

Por Ana del Moral

 

- Introducción.

 

La canción de Aquiles es una novela contemporánea que une la epopeya clásica con una narración fresca sobre dos jóvenes que decidieron amarse en una época donde su amor estaba prohibido. La pluma de la autora y el desarrollo de los personajes convierten a esta novela en un título imprescindible para todos los amantes del romance y la aventura.

 

1.- El libro.´


 

La canción de Aquiles narra la historia de este semidiós a través de los ojos de Patroclo, su mano derecha o el amor de su vida. Es una reinterpretación de la Ilíada de Homero donde los dos principales personajes son el príncipe Patroclo que es expulsado de su ciudad natal por un accidente en el que muere un muchacho al intentar defenderse del mismo y acaba acogido en Ftía por Peleo, padre de nuestro segundo protagonista, el brillante Aquiles, hijo de la temida diosa Tetis, fuerte, leal, de corazón noble que sin ningún precedente escoge a Patroclo como hermano de armas y compañero de aventuras. Ambos emprenden un viaje desde niños hasta adultos, un viaje de descubrimiento, crecimiento y nuevas experiencias, pero también un viaje de sufrimiento en el que tienen que enfrentarse a una profecía sin un final feliz y a las expectativas de ser el mejor héroe de su generación para finalmente acabar en la guerra de Troya compartiendo mito con Odiseo, la bella Helena, Paris y todos estas famosas figuras de la mitología griega que conducen a nuestros personajes hasta su desdichado final.

 

A pesar de que la autora no ahonda en las batallas sino en las emociones de los personajes, es interesante apreciar la historia clásica desde otro punto de vista más humano, y donde no se glorifica tanto las hazañas de los héroes sino que se hace hincapié en los sentimientos como el orgullo, la ira, la envidia y sobre todo el amor.

 

2.- La autora.


 

Madeline Miller se licenció en Filología Clásica y lleva ejerciendo como profesora de bachillerato, cualificada en Latín, Griego y en la obra shakesperiana, durante más de diez años. Además, estudió Dramaturgia en la escuela de Arte Dramático de Yale especializada en la adaptación de textos clásicos. Todos sus conocimientos clásicos se ven reflejados en su obra literaria. La canción de Aquiles fue su primera novela, pero fue su segunda novela, Circe, con tema mitológico también, la que entró en la exitosa lista de libros más vendidos en The New York Times nada más salir a la luz y la consagró como escritora.  

 

3.- Temas principales de la novela.

 

3.1.- La deconstrucción de un mito.

 

Nos encontramos ante una historia inspirada en la Ilíada de Homero y en una parte de la Odisea pero con un punto de vista bastante contemporáneo. Aquiles es más humano a través de Patroclo, se pone en entredicho si Helena fue raptada por Paris o huyó del carácter hostil de su esposo Menelao, y la guerra de Troya no es una batalla campal, sino una serie de decisiones que acaban en un trágico final.

 

A pesar de que en la obra original tiene un marcado peso la masculinidad de los personajes, en esta novela vemos más matices de estos, empezando por los principales y pasando por Quirón, el mítico centauro entrenador de héroes que hace aparición en la primera mitad de la novela y observa cómo comienza la relación de Aquiles y Patroclo.

 

La novela no destaca por el desarrollo de los otros héroes y dioses que aparecen en el transcurso de la guerra de Troya pero es importante mencionar a algunos para entender el contexto histórico desarrollado. Agamenón, hermano de Menelao reinó en Micenas y fue el caudillo de la expedición griega a Troya. Héctor es príncipe de Troya y defensor de la ciudad y el objetivo final de Aquiles.

 

Odiseo es un semidiós a destacar y un punto de inflexión en el transcurso de los acontecimientos ya que convoca al principio del libro a los pretendientes de Helena, entre ellos Patroclo y les hace jurar protección a la princesa en caso de algún agravio. Cuando años después Paris secuestra o quién sabe a Helena, esposa de Menelao, empieza el drama troyano. Los griegos usaron el pretexto de proteger el honor de una joven como excusa para hacerse con el poder y la riqueza de Troya por lo que Patroclo tiene que partir sin rechistar hacia la guerra. A pesar de que desarrolla un papel más pacífico en esta, al contrario que en la Ilíada y se dedica a atender a los heridos, finalmente tiene que intervenir en el conflicto bélico en nombre de Aquiles.

 

Por otro lado, Aquiles, el cual pretendía evitar la guerra gracias a ardides de su madre, ve en la batalla una manera de sentirse vivo y de hacerle honor a su nombre, a su ejército de mirmidones, fieles seguidores del guerrero y a la oscura profecía que le persigue desde las primeras páginas: Troya será para él su gloria y su fin. El dulce Aquiles no es tan invencible como en otras versiones de la historia dónde su talón es su única parte vulnerable, aquí Miller le dota de unas cualidades de superhombre como velocidad y fuerza pero le concede la mortalidad  de cualquier persona.

 

A pesar de que hay tintes de la Ilíada, no es una fiel versión, la autora no busca recrear una batalla épica, busca los sentimientos enterrados bajo la misma.

 

3.2.- El papel de la mujer en la mitología griega.

 

La mitología griega refleja con personajes ficticios la sociedad de la Antigua Grecia, en este caso vamos a poner de ejemplo a varias mujeres relevantes en la mitología y en la novela. para analizar brevemente sus arquetipos. En primer lugar cabe destacar Medusa, una hermosa joven que hizo enfadar a la diosa Atenea al ser violada por Poseidón en la puerta de uno de sus templos, recibiendo ella el castigo y convirtiéndose en el monstruo con cabellos de serpiente. Este es uno de los muchos casos donde el hombre impone su autoridad y sale indemne y la víctima es la que sufre todas las consecuencias. La princesa Ariadna de Creta es otra de las mujeres olvidadas que gracias a un hilo consiguió que el héroe Teseo saliera del laberinto tras vencer al Minotauro. Pero tras la gloria de él, llegó la pena de ella ya que fue abandonada por su amor en una isla. Como ellas hay cientos de ejemplos de cómo las mujeres en los mitos encarnan roles de las mujeres reales.

 

La canción de Aquiles tiene una marcada carga masculina pero podemos destacar a algunas figuras femeninas que ayudan al transcurso de la historia. Tetis, madre de Aquiles y archienemiga de Patroclo tiene clara la misión de proteger a su hijo a costa de todo y de todos, lo que la convierte en un punto clave de la historia y en el personaje femenino más trascendental del libro. La nereida tiene una moralidad gris y un pasado triste ya que fue forzada por Peleo para engendrar a Aquiles, pero todas las decisiones cuestionables que toma son para salvar a su hijo. También cabe mencionar a Briseida, esclava salvada por Aquiles y amiga de Patroclo que estuvo con los protagonistas durante diez años, de carácter apacible y tranquilo que brinda un amor disfrazado de amistad a Patroclo entre el caos de la guerra. Este es un punto negativo en la historia, la omisión del protagonismo femenino. El resto de mujeres en la novela pasan sin pena ni gloria por la narración, tan sólo aparecen de forma concreta para el desarrollo de la trama, ya sea como amantes puntuales, madres sobreprotectoras o como sacrificio a los dioses, pero no mueven los hilos.

 

La autora hace que puedas empatizar en menor o mayor medida con personajes que son la cuna de la cultura occidental. Ya no se trata de diosas y princesas, sino del reflejo de la cultura occidental de esa época lejana y no tan lejana, porque sabemos que Zeus es un dios pero Medusa es un monstruo a pesar de los múltiples abusos sexuales que comete este. Pero al final, siempre depende de quién escribe y lee la historia juzgar quién es el monstruo.

 

Excepto algunas figuras femeninas como Artemisa, Atenea o las fuertes amazonas que tienen un poder incuestionable en la mitología, la mayoría de las mujeres en los mitos viven situaciones de abuso, de abandono o de una profunda injusticia. Sólo algunas afortunadas como la princesa Psique, mito narrado por Apuleyo, gozó de un final feliz con el dios Eros a pesar de los celos de Afrodita que la mandó a la muerte por sentirse eclipsada por su belleza.

 

En definitiva, no existía mucha sororidad entre ellas, más bien un odio injustificado que culpaba a la mujer de todo el mal del planeta, como cuando Pandora, curiosa, abrió la caja que guardaba todo el sufrimiento, enfermedades y desdichas para los humanos. Otra figura femenina más encarnando un papel negativo en la ficción. Ya no importa la manzana de Eva o la caja de Pandora, es esa manía de dejarnos al otro lado de la historia.

 

3.3.- La homesexualidad en la Antigua Grecia.

 

En la Antigua Grecia la homosexualidad estaba tratada como un tema legal y aceptada entre sus gentes pero no de forma romántica sino como una manera en la que los jóvenes griegos entraban en sociedad a través de una relación desigual con alguien más mayor, en este caso el amante o erastés y el adolescente, denominado erómenos, era el amado. En la Ilíada los historiadores difieren del papel dominante o dominado de Patrolo y Aquiles, siendo este último el más fuerte pero más joven.

 

Sin embargo, en la novela Miller trata esta relación de forma más equilibrada, una amistad que se convierte en amor con el tiempo. A pesar de que la relación homosexual no pasa desapercibida para el resto de personajes, está tratada al principio como un capricho juvenil y un placer carnal antes de casarse. Nadie es dominante ni dominado porque a pesar de que Aquiles es el héroe, ambos se necesitan el uno al otro y se retroalimentan para avanzar por un camino en el que los monstruos no son los peores enemigos.

 

(...) Me bastaba un simple roce o el olor para identificarle; y si me quedara ciego, podría reconocerle por el modo en que respiraba o en que pisaba el suelo. Le reconocería en el fin del mundo, incluso en la muerte (MILLER, 2021, 140).

 

Pero la relación de ambos no siempre estaba edulcorada y llena de rosas. En la cita anterior, Patroclo estaba buscando a un Aquiles perdido que se había comprometido, casado y yacido con una princesa, Deidamia de la corte de Licomedes, la cual para más inri espera un hijo del semidiós. A pesar de que podemos considerar a Aquiles bisexual, el hecho de que tratara de huir de la guerra de Troya bajo un plan ideado por su madre la nereida Tetis y rompiendo el corazón de su amado Patroclo nos hace darnos cuenta de que el deber estaba por encima del querer. En este caso, Aquiles vuelve con Patroclo pero dejando un mar de celos, inquietud y miedo en el joven compañero.

 

3.4.- El amor por encima de todo.

 

Patroclo era un niño perdido que fue exiliado de su hogar y acabó en Ftía y con Aquiles que era lo opuesto a él, la mediocridad humana frente al implacable semidiós. El joven humano siempre fue tratado como si no valiera nada, sintiendo una envidia constante hasta que el cariño que Aquiles le profesa desde la infancia y adolescencia marca una evolución de los personajes. Patroclo empieza a ver a Aquiles más humano. A pesar de su belleza deslumbrante y su afán por la gloria, no deja de ser un adolescente confuso que admira y quiere con el alma a su hermano de armas.

 

La primera parte del libro describe, envuelve y desentraña la relación de los jóvenes, que gozaron, se exploraron y sucumbieron a la canción del amor mientras descubrían quiénes eran y quiénes podían ser con ayuda de Quirón. Todo es un dulce sueño en el bosque hasta que se convoca la guerra, entonces Aquiles huye gracias a su madre, Patroclo lo busca y su amor se tambalea por la incongruencia de sus actos, ya que se casó con Deidamia pero ambos se enfrentan a sus errores y aceptan su destino de la mano. Aquiles nunca deja de lado a Patroclo, nunca es un encaprichamiento juvenil y nunca reniegan de su relación.

 

El asedio a Troya con Agamenón y Odiseo se convierte en otra prueba de amor. Los hombres sólo quieren una gloria inalcanzable a través de una guerra mal gestionada con los dioses en su contra y usando al divino Aquiles, pero Patroclo no entra en ese juego de poder condenado al fracaso y trata de recuperar a su compañero y salvarlo de sí mismo.

 

Esa noche yací en la cama junto a Aquiles, cuyo rostro terso por el efecto del sueño se veía inocente y aniñado. Me encantaba verlo. Reflejaba su ser más auténtico, el más ferviente y despreocupado, lleno de picardía, pero sin malicia alguna. Se había perdido en las trampas y argucias de Odiseo y Agamenón, en sus mentiras y juegos de poder. Lo habían confundido, lo habían atado a una apuesta y lo acosaban. Le acaricié la piel suave de la frente. Yo lo desataría… si me resultara posible y él me dejara (MILLER, 2021, 322).

 

En este momento Aquiles está en su apogeo más violento, mata a soldados con un don natural, arrasa con todo y se evidencia los mundos tan diferentes en el que se mueven los dos amantes. Patroclo intenta salvarlo de él mismo e intenta recuperar a aquel muchacho al que amó fervientemente en las montañas de Quirón. Pero al final el ego y el poder son dos fuertes enemigos. Aunque esta es una de las versiones más oscuras del héroe, Patroclo decide querer cada una de ellas.

 

También es interesante comentar el amor no romántico de Tetis a Aquiles, ese amor obsesivo y rudo que trata de alejar a su hijo de Patroclo, que en un instinto básico maternal trata de evitar cualquier desgracia que se cierna sobre su hijo, porque ella entendió desde el principio que Patroclo conduciría de forma inconsciente al final de Aquiles.

 

Estas breves pinceladas de los personajes hacen comprender a grandes rasgos la profundidad del ser humano. Al final el orgullo, la ambición, el poder, el dolor y el amor han movido al mundo desde sus orígenes hasta el día de hoy.

 

Así, el amor es el hilo conductor de esta historia contemporánea y clásica a la vez donde ambos protagonistas bisexuales viven una épica historia de amor por encima del tiempo, de las guerras y de una mirada clásica donde se aplaudía el sexo pero se renegaba del amor homosexual.

 

- Conclusión.

 

La masculinidad en las adaptaciones cinematográficas ha creado una imagen audiovisual de los mitos griegos que esta novela destruye por completo: los dioses están totalmente humanizados y el protagonista muestra una apariencia más andrógina, más tierna y más sentimental. Me ha impresionado leer un Aquiles delgado, de pelo largo y dorado que sintió un amor sin tapujos por un joven flacucho que fue desterrado de su hogar. Aunque el romance entre ambos parece idílico, ha sufrido altibajos como una idealización desmesurada, dependencia y malas decisiones en algunos momentos que rompen con la dinámica que fluye entre ambos. Pero ese final de sacrificio por amor, de dolor y con ese regusto ácido que te deja una buena historia supera con creces esos puntos débiles.

 

No me cansaré de recomendar esta novela a todos los amantes de la mitología griega, a todas aquellas personas que disfrutarán de una vuelta de tuerca a lo clásico pero sobre todo recomiendo La canción de Aquiles a aquellos enamorados del amor y de la vida, porque es una ficción tratada con un lenguaje tan impecable que podrás sentir lo que sienten los personajes desde el minuto cero.   

 

- Bibliografía.

 

MILLER, M. (2021). La canción de Aquiles. Madrid: Alianza de Novelas.

 

ECHEVARRÍA  ARÍSTEGUI, A.: La homosexualidad en la antigua Grecia, La Vanguardia, 2017, consultado en febrero de 2024.

https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-antigua/20170801/47311166977/homosexualidad-antigua-grecia.html

 

PÉREZ LOOSE, H.: La canción de Aquiles, El Universo, 2021, consultado en febrero de 2024.

https://www.eluniverso.com/larevista/columnistas-larevista/la-cancion-de-aquiles-nota

 

CALDERÓN, G.: 5 mujeres de la mitología griega, WordPress, consultado en febrero de 2024.

https://eloraculodedelfos.wordpress.com/2021/03/08/5-mujeres-mitologia-griega

Viaje al centro del patriarcado en Corea del Sur: ‘Kim Ji-young, nacida en 1982’ de Cho Nam-joo

Reseña de Kim Ji-young, nacida en 1982, de Cho Nam-joo


Por María Cano

 

- Introducción.

 

Ni siquiera yo sé si me casaré o si tendré hijos. O puede que me muera antes. ¿Por qué tengo que renunciar a lo que quiero ser o hacer por un futuro que no sé si llegará o no? (1).

 

La vida de aquellos que rodean a Kim Ji-young experimenta un giro de 180 grados cuando, un día como cualquier otro, ella comienza a hablar a través de las voces de diversas mujeres que han dejado una huella, ya sea de manera directa o indirecta, en el curso de su existencia. Y es que, lo que su marido interpreta como una simple broma, acaba convirtiéndose en un asunto de preocupación por parte de su familia entera, dando pie a todo un sistema patriarcal muy bien estructurado y asentado de injusticias que, tanto ella como su entorno femenino, han sufrido de manera silenciosa y que comienzan a manifestarse mediante Kim Ji-young.

 

Escrita por Cho Nam-joo, esta novela se adentra en los desafíos que las mujeres surcoreanas enfrentan desde antes de nacer, ofreciendo una visión reveladora y esencial del feminismo asiático que despierta la conciencia sobre la complejidad de sus diferentes—aunque muy parecidas— experiencias.

 

1.- El libro.


Su nombre es Kim Ji-young. Tiene 33 años y el nombre más común de Corea (2).

 

Kim Ji-young no es un personaje—y mucho menos una mujer—cualquiera. Su figura funciona como un espejo en el que todo tipo de persona puede verse reflejada, reflexionando sobre temas universales como la discriminación, la desigualdad de género, y los desafíos que enfrentan las mujeres en su búsqueda de autonomía y reconocimiento en un mundo que, a menudo, parece estar anclado en los estereotipos ya existentes.

 

Con una prosa cautivadora que junta hábilmente datos reales de la sociedad surcoreana contemporánea con una historia que te sumerge en la intimidad de las experiencias de las mujeres, la obra señala cómo cada mujer es sujeto de una serie de circunstancias que las condicionan de diferentes maneras a lo largo de sus vidas, y de qué manera se ven afectadas las posteriores generaciones a las mismas.

 

Es por eso por lo que, al igual que Kim Ji-young es 'el nombre más común de Corea', ella como personaje representa 'las experiencias más comunes vividas por mujeres', sirviendo como un manifiesto clave que trata la problemática de género, tanto a nivel individual como colectivo.

 

2.- La autora.


Cho Nam-joo, nacida en Seúl, Corea del Sur, en 1978, dio inicio a su compromiso feminista de manera activa al cursar estudios de sociología en la prestigiosa Universidad de Mujeres Ewha.

 

No obstante, un acontecimiento determinante en su vida surgió cuando, tras finalizar sus estudios y trabajar durante diez años como redactora de programas de televisión, se vio obligada a interrumpir su satisfactoria carrera profesional para dedicarse por completo al cuidado del hogar y de su hija recién nacida, decisión que suscitó una serie de críticas por parte de la sociedad surcoreana en la que se desenvolvía.

 

Esto condujo a su búsqueda de artículos y datos sociológicos que, posteriormente, utilizaría para escribir una biografía ficticia de una mujer promedio en Corea, concebida al mismo tiempo como un manifiesto y protesta feminista. En esta obra, destaca el acoso y la desigualdad de género experimentados por todas las mujeres, incluso desde antes de nacer. Este trabajo crítico y revelador se conocería, eventualmente, como su best seller, 'Kim Ji-young, nacida en 1982'.

 

El significativo impacto a nivel nacional de la obra impulsó la promulgación de nuevas leyes contra la discriminación social y salarial en Corea del Sur. Esto condujo a una mayor consideración de la problemática sistemática laboral, familiar y social de las mujeres.  

 

3.- Temas principales de la novela.

 

3.1.- Las voces de Kim Ji-young.

 

Decir que Kim Ji-young se volvió loca y que empezó a comportarse y comunicarse como otras mujeres porque sí, sería no solo enormemente precipitado, sino también un acto de tremenda ignorancia hacia el problema principal que trata la novela: el patriarcado.

 

En la literatura convencional, la presencia de diversas voces narradoras en un personaje conlleva predominantemente la representación de una misma historia desde múltiples perspectivas. Sin embargo, esta novela no se ajusta por completo a esa premisa—o al menos, no de manera integral—. Del mismo modo, cada 'voz', en lugar de representar una forma única de experimentar, interpretar y comunicar una historia, transmite una realidad que es compartida por el conjunto de mujeres que forman parte de la obra.

 

Este fenómeno se manifiesta, en primer lugar, en una unidad tan significativa como lo es la familia. En la novela, se clarifica en numerosas ocasiones y de manera explícita la imperatividad asociada al hecho de que una mujer dé a luz a un hijo varón. Esto es evidenciado, en primer lugar, con la madre de Kim Ji-young, para finalizar con la misma Kim Ji-young cuando se convierte en madre. Las implicaciones son claras: la historia es cíclica, se repite. Y así como pasó con las generaciones anteriores a la de la madre de Kim Ji-young, ocurre con las posteriores a la suya.

 

«Debes tener hijos varones. Son indispensables. Debes tener, al menos, dos».

 

Cuando nació la hermana mayor de Kim Ji-young, la madre se disculpó ante su suegra con la criatura en brazos, agachando la cabeza y llorando (3).

 

La ginecóloga, cuyo vientre era mayor que el de Kim Ji-young, le dijo amablemente que preparara ropa de bebé de color rosa. La pareja no tenía preferencias en cuanto al sexo del bebé, pero era más que obvio que los abuelos deseaban un varón. Por eso, cuando se enteró de que la criatura dentro de su vientre era una niña, Kim Ji-young sintió cierto pesar al presentir que tendría que pasar por situaciones estresantes. Su madre le soltó, así sin más, que el segundo podría ser un niño, mientras que su suegra le dijo que no se preocupara, que todo estaba bien. Pero sabía que nada estaba bien (4).

 

Este fragmento debe ser considerado desde una perspectiva en la que la función predominante de la mujer en Asia ha sido históricamente la de ama de casa y cuidadora de los hijos, mientras que la figura masculina ha ostentado la máxima autoridad y poder en el ámbito familiar y empresarial. En China, por ejemplo, existe el término 'sheng un', cuya traducción aproximada es la de 'mujeres sobrantes', refiriéndose a todas aquellas jóvenes que, pasados los 25 años de edad, están solteras y cuentan con estabilidad laboral, desafiando la sociedad patriarcal con su autonomía (Zhang, 2013) (5).

 

No resulta sorprendente, considerando que en estas naciones, tradicionalmente, el rol del hombre ha estado asociado principalmente con labores forzosas y actividades militares, relegando a la mujer a un papel más discreto, silencioso y subordinado, que se encontraba a la sombra de este. Es por esto por lo que la mujer era, en gran medida, dependiente del hombre; de un padre, en un primer momento, luego de un hermano, y finalmente, de un hijo.

 

De este modo, las generaciones previas a Kim Ji-young experimentaban una profunda inquietud ante el hecho de no contar con un varón en la familia, ya que la ausencia de un hijo se asociaba con encontrarse en una situación vulnerable. La presencia de un hijo simbolizaba la fortaleza, y sin esta figura en la familia, tanto la madre como el padre enfrentaban la posibilidad de no recibir cuidados y ayuda en el futuro, y las hijas, al mismo tiempo, carecían de protección. Por lo tanto, la totalidad de la responsabilidad de los cuidados familiares, a corto o largo plazo, se manifestaba como una fuente de ansiedad para una mujer que aspiraba a ser madre.

 

Por este motivo, no es de extrañar que las acciones emprendidas por los personajes femeninos a lo largo de la novela y sus diversas experiencias tengan como objetivo transmitir una tradición arraigada en mujeres que han padecido directamente las consecuencias del patriarcado. Kim Ji-young no se limita a relatar las experiencias de su madre o familiares cercanas, sino que también aborda las vivencias de numerosas mujeres anónimas, dándoles cabida en un espacio—tanto su realidad, como la novela misma—que solo les pertenece a ellas. De manera sumamente emotiva y visceral, la narración presenta cómo estas mujeres, aún sin ser conscientes de ello, se encuentran interconectadas por un sistema patriarcal que impregna por completo sus identidades, erigiéndose así en una potente crítica para la contemporaneidad.

 

3.2.- Kim Ji-young en la conversación feminista global.

 

Es crucial destacar que la trama de Kim Ji-young inicia sin grandes expectativas. Las conmovedoras narraciones de su abuela y su madre, en conjunto con sus propias experiencias, otorgan un carácter simbólico al proceso completo de la lectura, lo cual dota de una importancia significativa al hecho de que, al llegar al desenlace de la novela, se revelen expresiones claras por parte de los personajes femeninos, manifestando de manera verbal y física su resistencia contra las opresiones que perciben. En cierto sentido, muchas mujeres aspiran a evidenciar la explotación e injusto trato  que dan por sentado en sus vidas por parte de estos hombres e instituciones de poder, considerando tales circunstancias como normales. No obstante, Kim Ji-young, en su falta de comprensión de la sociedad patriarcal en la que está inmersa, termina por manifestar su dolor y sufrimiento a través de una gran explosión emocional.

 

Pagué mil quinientos wones por ese café. Y esos tipos lo sabían porque se estaban tomando lo mismo. ¿Es que no tengo derecho siquiera a tomar un café de ese precio? Y aunque costara un millón de wones, es asunto mío cómo gasto el dinero que gana mi marido. Yo no te he robado el dinero. He tenido una hija aguantando unos dolores que casi me matan y he renunciado a mi vida, a mi trabajo, a mi sueño y a mí misma para cuidarla.

 

Y eso me convierte en una parásita. ¿Qué debo hacer ahora? (6).

 

La voluntad, o mejor dicho, la voz de Kim Ji-young, comienza a resonar en el momento en que sus acciones son objeto de cuestionamiento por parte de numerosas personas, después de haber renunciado a la vida por la que tanto había luchado para conseguir.

 

En un principio, su padre la sometía a un control compulsivo y opresivo. Posteriormente, en el entorno escolar, fue su profesor quien ejerció dicha influencia, luego su expareja, y más adelante, experimenta lo mismo con sus superiores en su mismo entorno laboral. Justo cuando cree que ha llegado al fin, decide romper completamente con su vida, siguiendo el camino preestablecido por la sociedad surcoreana para las mujeres, y se convierte en madre. Sin embargo, al decidir tomarse un momento para sí misma, yendo a disfrutar de un café en el parque después de haberse dedicado por completo a las responsabilidades y la gestión del hogar, es abiertamente criticada por individuos que ni siquiera la conocen.

 

Las mujeres se encuentran limitadas por la constante crítica y juicio, y esa es la impresión que la autora intenta transmitir al lector: la sensación de asfixia derivada de los cuestionamientos masculinos. Este enfoque las presenta como víctimas de un sistema que los propios hombres han instaurado. La negativa a adherirse a este sistema conlleva la amenaza de enfrentar las consecuencias del mismo, estableciendo así un patrón en el cual los discursos irracionales y patriarcales de los hombres contrastan con las experiencias personales de las mujeres.

 

—''Déjalo de una vez. Nadie quiere probar un chicle ya masticado''.

 

Era un compañero famoso por su caballerosidad, a quien le gustaba beber pero que nunca presionaba a nadie para que lo hiciera y que solía invitar a estudiantes menores que él a comer, aunque prefería no acompañarlas para evitar situaciones incómodas (7).

 

Por otra parte, resulta evidente la presencia de personajes que, a pesar de parecer honorables y mostrar respeto hacia las mujeres, no las respaldan ni muestran empatía hacia sus experiencias. En su lugar, los hombres se relacionan entre sí mediante una forma de 'homosocialidad' delineada por la autora, unos espacios sin mujeres en los que se unen para consolidar su propio estatus, excluyendo a las mujeres de sus diversos ámbitos y entornos. Este fenómeno subraya nuevamente que, aunque la mujer posea una voz individual, no se le permite desarrollarse plenamente.

 

Y es que, a pesar de que las mujeres se presentan como sujetos fuertes y visionarios desde una edad temprana—probablemente debido a su falta de conocimiento del mundo que las rodea, que no ingenuidad sobre él—la constante presión y los obstáculos que enfrentan generan un temor y una tensión persistentes en estos personajes a lo largo de la narración. Esto resalta el miedo que experimentan hacia un sistema que les impide ser auténticas y progresar por sus propios méritos, como si estuvieran perpetuamente confinadas en una prisión de la cual, a pesar de múltiples intentos infructuosos, les resultara imposible escapar.


- Conclusión.

 

La escritura de esta novela emerge como una forma de escapismo que la autora utiliza para distanciarse del sistema patriarcal surcoreano en el que se ha visto sumergida. Presentar la novela al mundo contemporáneo representa, en mayor o menor medida, una victoria para todas aquellas mujeres que han experimentado situaciones de desigualdad, así como para aquellas que, en virtud de sus privilegios, pueden no haberlas vivido directamente pero son conscientes —o lo suficientemente ignorantes— de esa realidad.

 

En lo que respecta a Kim Ji-young, la evolución de este personaje a lo largo de la historia transcurre desde una mujer surcoreana conscientemente estereotipada que comienza a adquirir diversas voces que narran las realidades de diferentes mujeres, exponiendo de manera explícita el patriarcado subyacente de la sociedad en la que habita.

 

La estructura del libro está hábilmente elaborada, y la presentación de información verídica junto con las abusivas experiencias de numerosos personajes femeninos revela la impactante y liberadora realidad que aborda la genealogía de las mujeres, así como las razones de sus traumas y frustraciones, junto a la reiteración recurrente de las manipuladoras expectativas de la maternidad, dotando de fuerza a la narración.

 

La condición de nacer mujer implica, según la novela, un sufrimiento para la madre, previamente experimentado por ella misma y destinado a continuar con su hija. Este aspecto es algo que la protagonista desearía evitar. La honestidad con la que Kim Ji-young, al final de la novela, relata sus intenciones de obstaculizar dicho sufrimiento, contribuye a su empoderamiento y enaltece su posición, rompiendo con la cadena biológica de sufrimiento que, según la obra, se inicia simplemente por ser mujer. Esto lleva a la elaboración, por parte de la autora, Cho Nam-joo, de un manifiesto público y político en el cual no se justifica de ninguna manera la crítica hacia las figuras femeninas por parte de este sistema patriarcal.

 

Es por ello que 'Kim Ji-young, nacida en 1982' puede ser considerada una obra que trasciende no solo sus propias páginas, sino que se erige como la representación de la opresión sistémica y la lucha individual de las mujeres. Invita, una vez más, a la sociedad a examinar críticamente las normas establecidas y a reconocer la importancia de la equidad de género.

 

Indudablemente, mediante su novela, Cho Nam-joo deja una marca indeleble en la conciencia del lector, recordándonos la imperante necesidad de seguir abogando por un mundo en el cual todas las mujeres puedan vivir sin la opresión sistemática que la novela tan hábilmente pone de manifiesto.  

 

- Notas.

 

(1) NAM-JOO, C. (2019). Kim Ji-young, nacida en 1982. Barcelona: Alfaguara. p. 44.

 

(2) — p. 2.

 

(3) — p. 17.

 

(4) — p. 90.

 

(5) NAJAR MARÍN, V. (2020). "El rol de la mujer en Corea: revision de hitos históricos" en Revista Mundo Asia Pacífico Vol. 9, No. 16, enero-junio 2020. Medellín: Universidad EAFIT. p. 95.

 

(6) NAM-JOO, C. (2019). Kim Ji-young, nacida en 1982. Barcelona: Alfaguara. p. 105.

 

(7) — p. 58.