El ideal de educación feminista en 'Querida Ijeawele'


Reseña de Querida Ijeawele, de Chimamanda Ngozi Adichie

Por Yohana Recio,
psicóloga y escritora,
autora de la novela La otra dimensión

Yohana Recio.- Vélez Málaga, 1991-; graduada en psicología y especializada en el ámbito clínico por la Universidad de Málaga (2014) y graduada en interpretación musical en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga (2019). Ejerce como psicóloga en el ámbito privado y dedica su espacio libre a escribir ideas a través de las tormentas de un universo interno.

Siendo una ávida lectora de misterio, fantasía y terror, sus creaciones recorren los mismos senderos cargados de un trasfondo de realidad y magia a partes iguales. Su relato El caballero de plata fue seleccionado para formar parte de la octava edición de la Revista Falsaria de Hispanoamérica en 2008. Más tarde, en 2017, la Editorial Tandaia contaría con ella para publicar su primera novela, La otra dimensión.

- Introducción.

Tras el éxito de su manifiesto feminista Todos deberíamos ser feministas, llega la versión educativa de una declaración que nos ha parecido cercana, dulce y, lo más importante, necesaria. Querida Ijeawele es una guía básica de quince valiosos consejos acerca de cómo criar a tus hijas e hijos en feminismo. Nace de la iniciativa de una madre primeriza, amiga de la autora, preocupada y responsabilizada con la causa de convertir a su hija en una persona independiente y bondadosa para con ella y el mundo que le rodea. Criar a una hija llena de recursos y herramientas que la harán sentirse fuerte y resolutiva en cada etapa de su vida, que la harán saber amar y pedir ayuda cuando la necesite, pero sobre todo que la enseñe a ser una persona que importa y que pueda elegir, valorando su contexto, su situación y su identidad.

1.- La autora.


Chimamanda Ngozi Adichie es una escritora nigeriana autora de La flor púrpura (Purple Hibiscus, 2003), Medio sol amarillo (Half of a Yellow Sun, 2006), Algo alrededor de tu cuello (The Thing Around Your Neck, 2009), Americanah (2013), Todos deberíamos ser feministas (We Should All Be Feminist, 2015) y Querida Ijeaweke (2017). Criada en el seno de una familia de clase media de un nivel socio-intelectual alto y profunda defensora de los derechos de la mujer, estudió a partir de una beca en la Universidad de Drexel (Filadelfia, EEUU) comunicación y ciencias políticas para más tarde trasladarse a la Universidad de Connecticut donde se gradúa en 2001. En su formación cabe destacar los estudios realizados en escritura creativa (Universidad privada de Johns Hopkins) y un máster en estudios africanos (Universidad de Yale).

Chimamanda es un referente mundial de feminismo a partir de su charla TED "Todos deberíamos ser feministas" (1) basada en su libro con el mismo nombre, visionada en Youtube por casi seis millones de personas. Toda su obra y trabajo han sido traducido a más de treinta idiomas, además de haber colaborado con revistas como The New Yorker, Granta, The O. Henry Prize Stories, The Financial Times y Zoetrope.

Entre sus reconocimientos podemos destacar el Commonwealth Writers' Prize for Best First Book por La flor púrpura en 2003, el Premio Orange de Ficción por Medio sol amarillo en 2007, el Chicago Tribune Heartland Prize y el Premio del Círculo de Críticos Nacional del Libro por Americanah en 2013.

2.- El libro.

Chimamanda, al presentar a su amiga con un cariño y una admiración por ella y su carrera muy entrañables, pasa a darle la enhorabuena por su maternidad y por su decisión de hacerse responsable de los valores feministas que quiere otorgarle a su hija.

En este manuscrito, Chimamanda nos hace partícipes de la tremenda responsabilidad que es educar a una hija o hijo y nos propone su ideología basada en el feminismo para hacerlo. Según la autora, educar en feminismo es algo absolutamente necesario, casi urgente añadiría yo, de cara a la realidad en la que se está convirtiendo nuestro mundo. No es más que una filosofía de convivencia en paz con el prójimo, y lo más importante, con una/o misma/o.

Para bucear en este mundo feminista, Chimamanda expresa sus amplios conocimientos sobre historia y cultura sintetizados en una fabulosa carta llena de quince consejos sobre cómo criar a una hija o hijo bajo esta filosofía. Se trata de una carta dirigida a su amiga con un tono amable, respetable y nada soberbio. El lenguaje es sencillo y fácil de seguir. Trata temas tan importantes como la igualdad, el contexto social de la realidad que vivimos, la concepción de maternidad, matrimonio y función de los padres, la importancia de la independencia, la identidad propia, la suma importancia del lenguaje en la educación, el valor de juzgar y tener una opinión basada en el juicio propio, el deber de ser humano y ser asertivo con el resto, el autocuidado, la fluctuación de las normas sociales, el sexo y el tabú sobre el mismo, el amor y la importancia de conectar con otros seres humanos, el binomio de maldad y bondad y la importancia de ver la diferencia como algo nutritivo y rico, en vez de como algo negativo o rechazable.

Como punto final, Chimamanda destaca la importancia de la felicidad y la salud para llevar los derroteros de una vida plena y satisfactoria, en definitiva la vida que seamos capaces de elegir.

3.- Principales temas del ensayo.

3.1.- El valor del respeto y la igualdad entre géneros.

Por muy escandalizante que nos parezca, en esta sociedad, en este siglo, en este tiempo hay una desigualdad social gigantesca. También existe una desigualdad entre géneros, por supuesto. Realmente es normal que la haya si giramos (solo un poco) la vista atrás. Nos escudamos en que «siempre ha sido así», en la comodidad de lo que nos dicta la historia, en la creencia (irracional) de que es lo que está bien. Y no. Hay muchas cosas que no están bien y que por estas razones, siguen estando igual a día de hoy.

Vivimos en una sociedad contradictoria que nos expone un ideal de belleza imposible y que, a la vez, nos incita a consumir más y más. Una sociedad que nos expone la idea de una vida «healthy», ecológica y minimalista pero que rechaza la diferencia y que asesina el planeta. Una sociedad que no solo no acepta la emoción y el amor, sino que juega con ellos; cada día nos presentamos más distantes con los sentimientos desagradables porque no nos gusta el sabor de la verdad. Entiendo que se pierda el respeto y que la idea de igualdad quede en un segundo plano ya que ni siquiera somos capaces de ocuparnos de nosotros mismos.

Es por ello que la autora nos hace hincapié en la idea de respetar y ser respetado, en ambas direcciones, porque es tan importante dar ejemplo como recibirlo.

Chimamanda, con una naturalidad aplastante y adorable nos explica con sencillez la idea de importar en el mundo. Si importas en el mundo te importas a ti, luchas por ti, trabajas por ti. Y si importas serás una madre o un padre responsable y sabrás lo que conlleva el hecho de traer hijos al mundo y darles unas herramientas increíbles para que les sean útiles en su presente y su futuro. Harás a nuestros hijos humanos de verdad. En este aspecto nos acerca a la realidad de la maternidad a partir de (como cualquier actividad que se precie) la práctica y el amor. De cómo cultivar tus necesidades e inquietudes personales siendo ser humano además de padre y madre, y educar así de forma colateral a tus crías y críos, de trabajar juntos como equipo, compartiendo y dándole al padre un papel activo en la crianza de los hijas e hijos. No apelar a los roles de género con ropa o juguetes, dejar que los niños y niñas simplemente jueguen y descubran.

En definitiva, no usar las diferencias biológicas como justificación ante una norma social que raramente se mantiene en el tiempo. Recordemos que las normas las creamos nosotros, los humanos.

3.2.- El valor de la diferencia.

Yo soy mujer, blanca, europea, con estudios, con trabajo, independiente y heterosexual. Parece que casi «he tenido suerte», podría haber sido peor de cara a la sociedad. Lo que no puedo supuestamente decir, por ejemplo, es que mi inteligencia y mi sensibilidad se salen de esa norma que el ser humano ha creado y eso no está bien porque ya no soy una copia de mis compañeros de clase, de universidad, de trabajo…

Ser diferente es un lastre. Lo que creo que no sabemos es que todos somos diferentes. Aunque nos esforcemos por vestir igual, hablar igual, seguir los mismos ideales… es casi como si quisiéramos enterrar nuestras valiosas diferencias en el fondo de un pozo por miedo a que nos rechacen. Tenemos miedo al rechazo porque no nos han dado unas herramientas pensantes potentes para defendernos de esta amenaza latente. No sabemos que el rechazo puede superarse.

Una de las cosas más preciosas que aparecen en este manual de Chimamanda es que nos suplica que enseñemos a leer a nuestras hijas e hijos (2). Aunque tengamos que pagarles por ello, reforzarlos positivamente como sea. Esto sí que es un buen fondo de inversión. Si criamos a nuestros hijos e hijas en el noble arte de la lectura, le estaremos dando el mayor tesoro que podemos darles: el tesoro del saber y el tesoro de la información. Tener un juicio propio y una capacidad de exploración son fundamentales. Otorgarlos de curiosidad, de opciones.

Animemos a nuestros hijos e hijas a huir de las contradicciones que imperan en la sociedad. Anímalos a cuidarse por encima de todo, a realizar deporte y probar comidas diferentes. Ofréceles la seguridad de estar activos y de poder equivocarse u opinar distinto. Rodear a las niñas de hombres buenos que les enseñen a querer y a perder el miedo. Rodear a los niños de mujeres bondadosas y sensibles que les quiten la idea de la cabeza de que llorar es malo. Démosles pues la oportunidad de expresarse libremente en sus diferencias. Convirtamos la ira que gobierna las relaciones en tristeza, en vulnerabilidad que nos lleve a un precioso río de empatía.

Nútramoslos de conocer su propia historia, sus propios orígenes. De aprender de los errores del pasado, de saber que las guerras todavía nos duelen, que nuestros abuelas y abuelos todavía tienen el hambre, la miseria y el miedo grabado en la mirada. No podemos educar desde el miedo, pero sí enseñar para qué sirve el miedo y que aprendan a identificarlo.

3.3.- El valor del pensamiento propio y la identidad personal.

Creo que desde muy pequeñas y pequeños, en cualquier guardería, hay un miedo ancestral e irracional a ser el la «rarita» o el «rarito». Aquí es donde creo que se empiezan a fundamentar las vagas ideas del bien y el mal, o de las buenas o malas personas, o las buenas o malas acciones.

Estaría bien saber que esa línea es muy delgada y que todos podemos ser malos y buenos en cualquier momento de nuestras vidas, que no nos representan esos conceptos, que son demasiados complejos. Lo realmente interesante es poder tratar por igual a todas las personas partiendo de la amabilidad y la humanidad, siendo asertivos. Dar y recibir amor de la misma forma en la que no estamos dispuestos a sacrificar nuestro yo. Tratar a los niños como el ejemplo de pequeños adultos infantes que queremos que sean y dejarles jugar y ser niños (sí, ambas cosas a la vez). Hablarles de que el mundo en el que vivimos es así: contradictorio. Hablarles de la muerte, darle herramientas emocionales para poder atravesar los malos momentos y sobre todo, como dicta Chimamanda: hablarles del sexo, de los cuerpos, de la diversión y de los límites. Que conozcan. Darles información y opciones para poder ser una identidad bien construída y que ellos y ellas decidan qué camino seguir. Que los definan sus intereses, que se importen y que la curiosidad por crecer y aprender les lleve por el angosto mar de la vida, que sí, que tiene playas paradisíacas, pero para llegar a esas playas los temporales han de pasarse. O a lo mejor no quieren ser capitanes de barco, ni de velero. Puede que nuestros hijos e hijas quieran ser astronautas, pilotas de rally, modistos, policías, informáticas, diseñadores…

Hagámosles libres de elegir lo que los representa, lo que los identifica y lo que los une a otros seres humanos.

- Conclusión.

Normalmente las personas que conocen a esta autora es a partir de su exitosa charla TED, como antes hemos comentado. A pesar de ser una autora de éxito tanto en Nigeria como en Estados Unidos, no fue que se hizo viral su forma de vivir el feminismo hasta este momento. La recepción de las ideas de Chimamanda en la población mundial fue recogida con el mismo amor y aceptación que ella desprende sobre sí misma y sobre las personas que menciona en sus libros y charlas. Es una persona que proyecta seguridad, tranquilidad y amor. Es un ejemplo de aceptación de ideales, de su origen y de la realidad que le rodea. Predica con ejemplo.

El feminismo que plantea esta autora es un ideal donde hay lugar para todos, donde se permite ser libre y jugar, donde todos, independientemente de nuestros orígenes y pasado, importamos. Creo que la  honestidad con la que Chimamanda es capaz de transmitir sus ideas es la clave para que haya penetrado en las mentes y los corazones de tantas personas. Ella no tiene miedo de mostrarse tal y como es porque ya ha aceptado que, entre otras cosas, es feminista, algo que ella define como: «Ser feminista es ser un hombre o una mujer que dice: si hay un problema con el género hoy debemos corregirlo y debemos hacerlo mejor».

Esta lectura deberían mandarla los profesores y profesoras de filosofía (si es que este noble arte sobrevive al asesinato del pensamiento individualista) en los institutos. No creo que sea una lectura compleja para cualquier adolescente. Es evidente que está indicado para madres y padres que quieren educar a sus hijos en el feminismo, pero no creo que sea mala idea que la escuela, que se encarga de la educación de nuestro futuro, mandase este tipo de mensajes. Al fin y al cabo, debemos comprender que no todos nuestros padres, madres, abuelos y abuelas han tenido la oportunidad de tener herramientas adecuadas en su vida. Muchos de ellos no han tenido la opción de formarse, leer o crecerse intelectualmente. Quizás ellos no han tenido la ocasión de elegir como pueden hacerlo personas dotadas de estudios, de esos maestros y maestras que noblemente ejercen su labor de educadores. Animo con mucho entusiasmo a que esos educadores excepcionales no tuvieran miedo de hacerles leer a sus curiosos alumnos y alumnas una lectura tan nutritiva y vigorizante como esta. Quizás la recuerden el día que quieran formar una familia.

- Notas.

(12/04/2013), charla TED «Todos deberíamos ser feministas», en ella se exponen los orígenes de Chimamanda como persona feminista y su desarrollo y evolución a partir del término a lo largo de su vida personal, desarrollo de la empatía, la escucha activa de su entorno y la tremenda curiosidad por su historia.

(09/03/2013), interesante charla TED acerca de cómo una historia puede hacernos ver la vida de diferente manera. A partir de su experiencia personal con el pensamiento de pobreza acerca de un trabajador del hogar en su propia casa, Chimamanda consigue empatizar años después en la universidad con su compañera de habitación en EEUU, la cual tiene un idea muy concreta y estrecha de lo que es ser africano. Es un ejemplo de que los prejuicios existen y que el poder de una sola historia es capaz de remover masas enteras de personas a vislumbrar una cultura o un continente, en este caso, a partir de una mira demasiado pequeña. La reflexión va encaminada hacia una solución liberadora a partir de la literatura: «si una historia nos ha llevado hasta aquí, una historia puede sacarnos de aquí».

- Bibliografía y webgrafía.

Ngozi Adichie, Chimamanda (2019):
 Querida Ijeawele, Barcelona: Literatura Random House

Webs
 entrevista a la autora. Consultada el 8/01/2020

 breve biografía de la autora. Consultada el 23/12/2019

 página web oficial de la autora con información sobre sus libros, entrevistas y eventos. Consultada el 22/12/2019

● Wikipedia
 información general sobre la autora. Consultada el 13/12/2019