La infancia no escuchada. 'Un poco de tu leche'


Reseña de Un poco de tu leche, de Lara Losada

Por Irene Martínez,

- Introducción.

Aún me cuesta describir este libro, pero si tengo que escoger un par de adjetivos serían: originalidad y desconcierto. Versa sobre diversos temas de manera envolvente e impactante. Principalmente centrado en la infancia de nuestra protagonista de 6 años llamada Jul y sus múltiples obstáculos contra los que convive tan consecuentemente que cuanto menos, es capaz de removerte por dentro.

Esta vida caótica no suele dejarnos tiempo para detenernos y pensar en nuestra propia niñez, mucho menos en otras y más en la cola todavía infancias así de complicadas. El hecho de no reflexionar sobre esto no significa, lógicamente, que no existan, es simplemente otro ámbito invisibilizado que pasamos por alto. Lara Losada nos ofrece ese espacio de reflexión, en concreto sobre Jul que nos invita a dedicar unos minutos para esta etapa que, al fin y al cabo, sustenta los cimientos del adulto/a que somos actualmente. Todos/as conocemos su relevancia, pero pocos/as dedicamos unos minutos a mirarla y pensarla.

1.- El libro.

Este libro es una novela corta escrita en primera persona cuyo tema principal es la infancia de Jul. La protagonista desde el primer momento nos hace partícipes de sus miedos e inseguridades, pero también de sus alegrías y espacios de calma. Quizás esta cercanía tan natural sea la responsable de que termines la historia queriéndola y, de alguna manera, también abrazándola.

Jul vive con su familia alejada de la civilización, en una humilde casa que mantiene su sustento en la granja que ellos mismos cuidan. Lógicamente la historia está marcada por este espacio, por ejemplo, la relación con las vacas que mantienen en dicha granja es muy importante para Jul, nos habla en diversas ocasiones de ellas tratándolas como amigas, también nos muestra la parte negativa de vivir alejada cuando nos explica la dificultad para encontrar doctor/a en una ocasión en que Jul cae enferma. Queda claro por tanto que la forma de vida en unos espacios y otros es totalmente distinta y esto marca de manera lógica el desarrollo de cualquier vida. La familia de Jul buscaba un espacio más sano y alejado de las exigencias más normativas.

Nuestra protagonista es una niña sobrepasada por miedos que no deberían existir en ningún momento, pero agravan su desgarro al vivirlos desde su infancia. La sensación de miedo, que al fin y al cabo se define como desconocimiento, toma un papel principal en la vida de Jul. Aun así, a través de este miedo podemos ver a una niña muy curiosa, paciente, respetuosa y muy comprensiva con ganas de aprender, descubrir y vivir. Asimismo, nos muestra una cara inquieta y juguetona más acorde a su edad biológica.

El libro mezcla esta cara tierna y dulce, pero también la parte más dura que al final te estremece. El vaivén de emociones que consigue crear es difícil de gestionar, casi tanto como la lágrima que inevitablemente cae o el nudo en la garganta que se forma con cada página. Por un lado, querer y enamorarte de Jul es casi instantáneo, junto a esto las ganas de cuidarla nacen solas. Pero también sientes crecer emociones como rabia, impotencia e incluso pena de las situaciones que ella relata.

El acercamiento, no común, a este tipo de historias abre tus ojos instantáneamente. Dirigir la mirada y sobre todo las emociones hacia estas vidas no es fácil de manejar. Aunque para los/as veteranos/as en conocer estos testimonios, Jul crea un espacio para otras emociones que emanan tras el primer impacto y la sensación de sorpresa. Personalmente una emoción que manejo con asiduidad tras dicho primer impacto es el agradecimiento. Por un lado, por poder conocer estas historias y por otro, valoro y jerarquizo el estilo de vida que he tenido agradeciéndolo y tomándolo en valor. La consciencia de la suerte que he tenido en mi vida, a menudo difuminada y casi perdida por problemas banales, aflora tras estas lecturas.

Como curiosidad, la portada del libro es una ilustración del pezón de la escritora. Dando visibilidad a esta parte del cuerpo que está siendo censurada en redes y que, sin sentido, se esconde al mundo.

2.- La autora.

Lara Losada tiene 25 años, es psicóloga especializada en género, vegana, feminista y escritora. Fundadora de "nosleemos", ahora denominado "ediciones en el mar", editorial independiente de narrativa y poesía cuyo fin, según cuenta Lara es hacer libros por los que nos hubieran quemado en la hoguera. Como escritora ha publicado "Una chica azul", "Alejandra" (2015) y "Emocional" (2018) junto a "Ediciones en Huida". Encargada de leer y seleccionar los manuscritos, realiza la maquetación y corrección ortotipográfica. Además, ha trabajado impartiendo talleres de escritura creativa a niños/as y adultos/as.

"Un poco de tu leche" es su primera novela autoeditada. Ha formado parte de todo el proceso, desde la elección de la portada y la contraportada hasta el empaque y el envío de los libros. Dice que los/as futuros/as autores de los libros que ella edite formarán parte del mismo proceso. Fiel a los detalles, dedicó los primeros cincuenta libros y actualmente está a punto de agotar la primera edición. El libro vió la luz en mayo de 2019 y en septiembre decidió concluir, en sus palabras: "este viaje consigo misma" a través de una performance en la que dejaba el libro en la orilla de la playa y grabó cómo lo descomponían las olas del mar. Una forma de concluir este proceso que en total abarcó cinco años desde que empezó a escribirlo. "Dejarlo marchar, llegará algo nuevo".

3.- Principales temas de la novela.

3.1.- Creación de la propia identidad.

El desarrollo de la identidad personal es un proceso que abarca prácticamente la vida entera de una persona. Estamos en constante aprendizaje y atravesamos distintas situaciones que implican altas dosis de adaptabilidad y flexibilidad cognitivas para lograr atravesarlas. La vida de Jul está marcada por estas necesidades de adaptación constantes, lo que implica unas habilidades propias de la edad adulta cuanto menos. Es especialmente sobresaliente como, a pesar de la incertidumbre y miedo que la inunda constantemente, logra superar todas las situaciones. La convivencia de ambas emociones, a veces positivas y en su mayoría negativas, obligan a Jul a crear esa identidad con la que vivir y por tanto, a perder parte de las vivencias propias de su edad, lo que se traduce en una pérdida total de la infancia como la conocemos.

Me resulta destacable cómo construir una identidad que te ayude a sobrevivir va de la mano de olvidar el ciclo evolutivo en el que estás. El desgaste emocional y mental que esto implica me parece brutal a la vez que necesario en historias como éstas. Quizás sea entonces cuando una niña se convierte en adulta inconscientemente y de manera obligada. A menudo tratamos a las personas según la edad biológica que tienen y tal vez sea interesante valorar también las necesidades psicológicas de esa persona. Los contextos sociales y las situaciones sufridas determinan, en mi opinión, más que el número de una edad biológica.

Jul consigue todo esto, pierde su inocencia y construye una identidad que la hace sobrevivir, adopta conductas necesarias para ello y logra un equilibrio en el que en algunos momentos encuentra calma. Queda claro que Jul no vive, pero sí aprende a sobrevivir.

3.2.- Relaciones familiares violentas.

Muy marcado y de máxima importancia en esta historia es la forma de relacionarse que tienen padre e hija. En numerosas ocasiones Jul nos deja ver que su padre emana emociones como miedo, incomodidad, decepción e incomprensión. La responsabilidad de este hombre sobre la creación de estos sentimientos a su hija es total y absoluta, el daño que crea en ella es brutal e inconcebible. Realmente no está tratando bien a su hija, ignora sus necesidades e infunde sentimientos alejados de una paternidad ideal, o al menos, normal.

Por otro lado, es cierto que en ocasiones Jul nos describe a un padre perdido y con un fondo lleno de buenas intenciones. Con este tipo de relaciones me vienen muchos pensamientos a la cabeza. Primero, ser padre o madre está claro que no es fácil, pero ¿se intenta? En un mundo con tanta accesibilidad a la información, con tantos profesionales formados y tanta ciencia que esclarece nuestras vidas, ¿se intenta ser buen padre/madre? Creo que actualmente cada familia tiene la responsabilidad física de sus hijos/as pero también la psicológica. Considero que facilitar educación sexual o tener en cuenta una buena salud mental debería, al menos, existir en la jerarquía de necesidades de nuestros/as hijos/as. No quiero con esto decir que cada padre/madre deba gastar una cantidad enorme de dinero en recursos de formación, pero sí prestar atención a las demandas o a las necesidades que nuestros/as hijos/as tienen. En numerosas ocasiones Jul sólo necesita ser escuchada y su padre ni siquiera lo vio, por lo que cubrir esta demanda es imposible si ni siquiera prestas unos segundos a descubrirla.

También me gustaría destacar el papel innegable que juega la sociedad en las familias generalmente y particularmente en ésta. El padre de Jul acaba de perder a su compañera, la que se encargaba casi en la totalidad de la crianza de su hija y sobre todo, la que se ocupaba del vínculo emocional. El resultado de esta mezcla de elementos es el sentimiento de abandono que no cesa en Jul. La sociedad no juega un papel positivo, mucho menos en este tipo de familias no tan normativas.

3.3.- Duelo.

La madre de Jul desaparece y ella no comprende qué ha ocurrido. A lo largo del libro nos va explicando la relación que tenía con su madre y comprendes el papel fundamental que jugaba en su vida como vínculo de apego seguro y base emocional. No obtiene ninguna respuesta del paradero de su madre, lo que hace más complicada la gestión del duelo. En esta ocasión Jul necesitaba, en primer lugar, una explicación que no fue entendida por su padre. No sólo la tristeza puede retrasar un correcto proceso de duelo, en este caso la incertidumbre cobra un papel fundamental. Es increíble el desgaste emocional, sólo para manejar, que implica la vida de Jul.

De nuevo podemos observar esta necesidad que intentaba expresar Jul pero que no fue escuchada. Muchas veces son sentimos perdidos en algunas situaciones y basta con prestar atención a qué nos intentan decir para vislumbrarnos el camino, que, aunque lógicamente no era un camino sencillo, habría servido para hacerlo algo más eficiente.

- Conclusión.

En conclusión, un toque de aire fresco, incómodo, sin atisbo de pretender ser cómodo, con una escritura envolvente desde el primer párrafo. Lara nos muestra una realidad diferente a lo que solemos ver en librerías, nos enseña una verdad incómoda que duele, pero merece ese espacio en nuestras mentes. No sólo me ha hecho dirigir una mirada a otras infancias, también a la mía propia, y me ha hecho reflexionar y encontrar un vínculo que no conocía conmigo misma. Al final debemos tener en cuenta a esa niña que éramos y reconectar de vez en cuando. He apreciado el valor de esta parte fundamental de nuestra vida y he encontrado valor en la dicotomía de emociones que me ha despertado.

Ha sido especialmente comentada entre sus lectoras la necesidad de una segunda o tercera lectura para comprender y no perder detalle de lo que cuenta Jul. También se ha puesto de manifiesto el período de reflexión al que ha invitado cada párrafo. La sencillez y naturalidad del libro ha sido muy agradecida, ha hecho conectar de una manera muy sincera.

Finalmente, este libro va dirigido a cualquier persona que esté dispuesta a removerse o que sin quererlo deje fluir las emociones que va desvelando.

- Webgrafía.




- Bibliografía.

LOSADA, LARA (2019): Un poco de tu leche, Madrid: Ediciones En El Mar.