Homosexualidad y heroicidad masculina humanizada en 'La canción de Aquiles' de Madeline Miller

Reseña de La canción de Aquiles, de Madeline Miller

 

Por Ana del Moral

 

- Introducción.

 

La canción de Aquiles es una novela contemporánea que une la epopeya clásica con una narración fresca sobre dos jóvenes que decidieron amarse en una época donde su amor estaba prohibido. La pluma de la autora y el desarrollo de los personajes convierten a esta novela en un título imprescindible para todos los amantes del romance y la aventura.

 

1.- El libro.´


 

La canción de Aquiles narra la historia de este semidiós a través de los ojos de Patroclo, su mano derecha o el amor de su vida. Es una reinterpretación de la Ilíada de Homero donde los dos principales personajes son el príncipe Patroclo que es expulsado de su ciudad natal por un accidente en el que muere un muchacho al intentar defenderse del mismo y acaba acogido en Ftía por Peleo, padre de nuestro segundo protagonista, el brillante Aquiles, hijo de la temida diosa Tetis, fuerte, leal, de corazón noble que sin ningún precedente escoge a Patroclo como hermano de armas y compañero de aventuras. Ambos emprenden un viaje desde niños hasta adultos, un viaje de descubrimiento, crecimiento y nuevas experiencias, pero también un viaje de sufrimiento en el que tienen que enfrentarse a una profecía sin un final feliz y a las expectativas de ser el mejor héroe de su generación para finalmente acabar en la guerra de Troya compartiendo mito con Odiseo, la bella Helena, Paris y todos estas famosas figuras de la mitología griega que conducen a nuestros personajes hasta su desdichado final.

 

A pesar de que la autora no ahonda en las batallas sino en las emociones de los personajes, es interesante apreciar la historia clásica desde otro punto de vista más humano, y donde no se glorifica tanto las hazañas de los héroes sino que se hace hincapié en los sentimientos como el orgullo, la ira, la envidia y sobre todo el amor.

 

2.- La autora.


 

Madeline Miller se licenció en Filología Clásica y lleva ejerciendo como profesora de bachillerato, cualificada en Latín, Griego y en la obra shakesperiana, durante más de diez años. Además, estudió Dramaturgia en la escuela de Arte Dramático de Yale especializada en la adaptación de textos clásicos. Todos sus conocimientos clásicos se ven reflejados en su obra literaria. La canción de Aquiles fue su primera novela, pero fue su segunda novela, Circe, con tema mitológico también, la que entró en la exitosa lista de libros más vendidos en The New York Times nada más salir a la luz y la consagró como escritora.  

 

3.- Temas principales de la novela.

 

3.1.- La deconstrucción de un mito.

 

Nos encontramos ante una historia inspirada en la Ilíada de Homero y en una parte de la Odisea pero con un punto de vista bastante contemporáneo. Aquiles es más humano a través de Patroclo, se pone en entredicho si Helena fue raptada por Paris o huyó del carácter hostil de su esposo Menelao, y la guerra de Troya no es una batalla campal, sino una serie de decisiones que acaban en un trágico final.

 

A pesar de que en la obra original tiene un marcado peso la masculinidad de los personajes, en esta novela vemos más matices de estos, empezando por los principales y pasando por Quirón, el mítico centauro entrenador de héroes que hace aparición en la primera mitad de la novela y observa cómo comienza la relación de Aquiles y Patroclo.

 

La novela no destaca por el desarrollo de los otros héroes y dioses que aparecen en el transcurso de la guerra de Troya pero es importante mencionar a algunos para entender el contexto histórico desarrollado. Agamenón, hermano de Menelao reinó en Micenas y fue el caudillo de la expedición griega a Troya. Héctor es príncipe de Troya y defensor de la ciudad y el objetivo final de Aquiles.

 

Odiseo es un semidiós a destacar y un punto de inflexión en el transcurso de los acontecimientos ya que convoca al principio del libro a los pretendientes de Helena, entre ellos Patroclo y les hace jurar protección a la princesa en caso de algún agravio. Cuando años después Paris secuestra o quién sabe a Helena, esposa de Menelao, empieza el drama troyano. Los griegos usaron el pretexto de proteger el honor de una joven como excusa para hacerse con el poder y la riqueza de Troya por lo que Patroclo tiene que partir sin rechistar hacia la guerra. A pesar de que desarrolla un papel más pacífico en esta, al contrario que en la Ilíada y se dedica a atender a los heridos, finalmente tiene que intervenir en el conflicto bélico en nombre de Aquiles.

 

Por otro lado, Aquiles, el cual pretendía evitar la guerra gracias a ardides de su madre, ve en la batalla una manera de sentirse vivo y de hacerle honor a su nombre, a su ejército de mirmidones, fieles seguidores del guerrero y a la oscura profecía que le persigue desde las primeras páginas: Troya será para él su gloria y su fin. El dulce Aquiles no es tan invencible como en otras versiones de la historia dónde su talón es su única parte vulnerable, aquí Miller le dota de unas cualidades de superhombre como velocidad y fuerza pero le concede la mortalidad  de cualquier persona.

 

A pesar de que hay tintes de la Ilíada, no es una fiel versión, la autora no busca recrear una batalla épica, busca los sentimientos enterrados bajo la misma.

 

3.2.- El papel de la mujer en la mitología griega.

 

La mitología griega refleja con personajes ficticios la sociedad de la Antigua Grecia, en este caso vamos a poner de ejemplo a varias mujeres relevantes en la mitología y en la novela. para analizar brevemente sus arquetipos. En primer lugar cabe destacar Medusa, una hermosa joven que hizo enfadar a la diosa Atenea al ser violada por Poseidón en la puerta de uno de sus templos, recibiendo ella el castigo y convirtiéndose en el monstruo con cabellos de serpiente. Este es uno de los muchos casos donde el hombre impone su autoridad y sale indemne y la víctima es la que sufre todas las consecuencias. La princesa Ariadna de Creta es otra de las mujeres olvidadas que gracias a un hilo consiguió que el héroe Teseo saliera del laberinto tras vencer al Minotauro. Pero tras la gloria de él, llegó la pena de ella ya que fue abandonada por su amor en una isla. Como ellas hay cientos de ejemplos de cómo las mujeres en los mitos encarnan roles de las mujeres reales.

 

La canción de Aquiles tiene una marcada carga masculina pero podemos destacar a algunas figuras femeninas que ayudan al transcurso de la historia. Tetis, madre de Aquiles y archienemiga de Patroclo tiene clara la misión de proteger a su hijo a costa de todo y de todos, lo que la convierte en un punto clave de la historia y en el personaje femenino más trascendental del libro. La nereida tiene una moralidad gris y un pasado triste ya que fue forzada por Peleo para engendrar a Aquiles, pero todas las decisiones cuestionables que toma son para salvar a su hijo. También cabe mencionar a Briseida, esclava salvada por Aquiles y amiga de Patroclo que estuvo con los protagonistas durante diez años, de carácter apacible y tranquilo que brinda un amor disfrazado de amistad a Patroclo entre el caos de la guerra. Este es un punto negativo en la historia, la omisión del protagonismo femenino. El resto de mujeres en la novela pasan sin pena ni gloria por la narración, tan sólo aparecen de forma concreta para el desarrollo de la trama, ya sea como amantes puntuales, madres sobreprotectoras o como sacrificio a los dioses, pero no mueven los hilos.

 

La autora hace que puedas empatizar en menor o mayor medida con personajes que son la cuna de la cultura occidental. Ya no se trata de diosas y princesas, sino del reflejo de la cultura occidental de esa época lejana y no tan lejana, porque sabemos que Zeus es un dios pero Medusa es un monstruo a pesar de los múltiples abusos sexuales que comete este. Pero al final, siempre depende de quién escribe y lee la historia juzgar quién es el monstruo.

 

Excepto algunas figuras femeninas como Artemisa, Atenea o las fuertes amazonas que tienen un poder incuestionable en la mitología, la mayoría de las mujeres en los mitos viven situaciones de abuso, de abandono o de una profunda injusticia. Sólo algunas afortunadas como la princesa Psique, mito narrado por Apuleyo, gozó de un final feliz con el dios Eros a pesar de los celos de Afrodita que la mandó a la muerte por sentirse eclipsada por su belleza.

 

En definitiva, no existía mucha sororidad entre ellas, más bien un odio injustificado que culpaba a la mujer de todo el mal del planeta, como cuando Pandora, curiosa, abrió la caja que guardaba todo el sufrimiento, enfermedades y desdichas para los humanos. Otra figura femenina más encarnando un papel negativo en la ficción. Ya no importa la manzana de Eva o la caja de Pandora, es esa manía de dejarnos al otro lado de la historia.

 

3.3.- La homesexualidad en la Antigua Grecia.

 

En la Antigua Grecia la homosexualidad estaba tratada como un tema legal y aceptada entre sus gentes pero no de forma romántica sino como una manera en la que los jóvenes griegos entraban en sociedad a través de una relación desigual con alguien más mayor, en este caso el amante o erastés y el adolescente, denominado erómenos, era el amado. En la Ilíada los historiadores difieren del papel dominante o dominado de Patrolo y Aquiles, siendo este último el más fuerte pero más joven.

 

Sin embargo, en la novela Miller trata esta relación de forma más equilibrada, una amistad que se convierte en amor con el tiempo. A pesar de que la relación homosexual no pasa desapercibida para el resto de personajes, está tratada al principio como un capricho juvenil y un placer carnal antes de casarse. Nadie es dominante ni dominado porque a pesar de que Aquiles es el héroe, ambos se necesitan el uno al otro y se retroalimentan para avanzar por un camino en el que los monstruos no son los peores enemigos.

 

(...) Me bastaba un simple roce o el olor para identificarle; y si me quedara ciego, podría reconocerle por el modo en que respiraba o en que pisaba el suelo. Le reconocería en el fin del mundo, incluso en la muerte (MILLER, 2021, 140).

 

Pero la relación de ambos no siempre estaba edulcorada y llena de rosas. En la cita anterior, Patroclo estaba buscando a un Aquiles perdido que se había comprometido, casado y yacido con una princesa, Deidamia de la corte de Licomedes, la cual para más inri espera un hijo del semidiós. A pesar de que podemos considerar a Aquiles bisexual, el hecho de que tratara de huir de la guerra de Troya bajo un plan ideado por su madre la nereida Tetis y rompiendo el corazón de su amado Patroclo nos hace darnos cuenta de que el deber estaba por encima del querer. En este caso, Aquiles vuelve con Patroclo pero dejando un mar de celos, inquietud y miedo en el joven compañero.

 

3.4.- El amor por encima de todo.

 

Patroclo era un niño perdido que fue exiliado de su hogar y acabó en Ftía y con Aquiles que era lo opuesto a él, la mediocridad humana frente al implacable semidiós. El joven humano siempre fue tratado como si no valiera nada, sintiendo una envidia constante hasta que el cariño que Aquiles le profesa desde la infancia y adolescencia marca una evolución de los personajes. Patroclo empieza a ver a Aquiles más humano. A pesar de su belleza deslumbrante y su afán por la gloria, no deja de ser un adolescente confuso que admira y quiere con el alma a su hermano de armas.

 

La primera parte del libro describe, envuelve y desentraña la relación de los jóvenes, que gozaron, se exploraron y sucumbieron a la canción del amor mientras descubrían quiénes eran y quiénes podían ser con ayuda de Quirón. Todo es un dulce sueño en el bosque hasta que se convoca la guerra, entonces Aquiles huye gracias a su madre, Patroclo lo busca y su amor se tambalea por la incongruencia de sus actos, ya que se casó con Deidamia pero ambos se enfrentan a sus errores y aceptan su destino de la mano. Aquiles nunca deja de lado a Patroclo, nunca es un encaprichamiento juvenil y nunca reniegan de su relación.

 

El asedio a Troya con Agamenón y Odiseo se convierte en otra prueba de amor. Los hombres sólo quieren una gloria inalcanzable a través de una guerra mal gestionada con los dioses en su contra y usando al divino Aquiles, pero Patroclo no entra en ese juego de poder condenado al fracaso y trata de recuperar a su compañero y salvarlo de sí mismo.

 

Esa noche yací en la cama junto a Aquiles, cuyo rostro terso por el efecto del sueño se veía inocente y aniñado. Me encantaba verlo. Reflejaba su ser más auténtico, el más ferviente y despreocupado, lleno de picardía, pero sin malicia alguna. Se había perdido en las trampas y argucias de Odiseo y Agamenón, en sus mentiras y juegos de poder. Lo habían confundido, lo habían atado a una apuesta y lo acosaban. Le acaricié la piel suave de la frente. Yo lo desataría… si me resultara posible y él me dejara (MILLER, 2021, 322).

 

En este momento Aquiles está en su apogeo más violento, mata a soldados con un don natural, arrasa con todo y se evidencia los mundos tan diferentes en el que se mueven los dos amantes. Patroclo intenta salvarlo de él mismo e intenta recuperar a aquel muchacho al que amó fervientemente en las montañas de Quirón. Pero al final el ego y el poder son dos fuertes enemigos. Aunque esta es una de las versiones más oscuras del héroe, Patroclo decide querer cada una de ellas.

 

También es interesante comentar el amor no romántico de Tetis a Aquiles, ese amor obsesivo y rudo que trata de alejar a su hijo de Patroclo, que en un instinto básico maternal trata de evitar cualquier desgracia que se cierna sobre su hijo, porque ella entendió desde el principio que Patroclo conduciría de forma inconsciente al final de Aquiles.

 

Estas breves pinceladas de los personajes hacen comprender a grandes rasgos la profundidad del ser humano. Al final el orgullo, la ambición, el poder, el dolor y el amor han movido al mundo desde sus orígenes hasta el día de hoy.

 

Así, el amor es el hilo conductor de esta historia contemporánea y clásica a la vez donde ambos protagonistas bisexuales viven una épica historia de amor por encima del tiempo, de las guerras y de una mirada clásica donde se aplaudía el sexo pero se renegaba del amor homosexual.

 

- Conclusión.

 

La masculinidad en las adaptaciones cinematográficas ha creado una imagen audiovisual de los mitos griegos que esta novela destruye por completo: los dioses están totalmente humanizados y el protagonista muestra una apariencia más andrógina, más tierna y más sentimental. Me ha impresionado leer un Aquiles delgado, de pelo largo y dorado que sintió un amor sin tapujos por un joven flacucho que fue desterrado de su hogar. Aunque el romance entre ambos parece idílico, ha sufrido altibajos como una idealización desmesurada, dependencia y malas decisiones en algunos momentos que rompen con la dinámica que fluye entre ambos. Pero ese final de sacrificio por amor, de dolor y con ese regusto ácido que te deja una buena historia supera con creces esos puntos débiles.

 

No me cansaré de recomendar esta novela a todos los amantes de la mitología griega, a todas aquellas personas que disfrutarán de una vuelta de tuerca a lo clásico pero sobre todo recomiendo La canción de Aquiles a aquellos enamorados del amor y de la vida, porque es una ficción tratada con un lenguaje tan impecable que podrás sentir lo que sienten los personajes desde el minuto cero.   

 

- Bibliografía.

 

MILLER, M. (2021). La canción de Aquiles. Madrid: Alianza de Novelas.

 

ECHEVARRÍA  ARÍSTEGUI, A.: La homosexualidad en la antigua Grecia, La Vanguardia, 2017, consultado en febrero de 2024.

https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-antigua/20170801/47311166977/homosexualidad-antigua-grecia.html

 

PÉREZ LOOSE, H.: La canción de Aquiles, El Universo, 2021, consultado en febrero de 2024.

https://www.eluniverso.com/larevista/columnistas-larevista/la-cancion-de-aquiles-nota

 

CALDERÓN, G.: 5 mujeres de la mitología griega, WordPress, consultado en febrero de 2024.

https://eloraculodedelfos.wordpress.com/2021/03/08/5-mujeres-mitologia-griega